El espejismo del éxito profesional o por qué subir la escalera no siempre te lleva donde tú quieres

Durante mis años acompañando y mentorizando a cientos de profesionales, he observado un patrón que se repite…y que es (para mí) devastador: profesionales exitosos sobre el papel que se sienten completamente vacías por dentro. Ejecutivos con sueldazos de seis cifras que no pueden dormir por las noches (solo un dato: según la plataforma glassdoor.es el sueldo medio para el puesto de C-level es de 94.979 € al año…). O lo que más tristeza me produce: Gerentes respetados, con miles de horas de experiencia…que odian los lunes más que los niños cuando van al cole.
Entonces, si ganan “bien”, son respetados por sus equipos y sus jefes… ¿cuál es el problema? Fácil. El problema no es la falta de éxito, sino la definición equivocada que tenemos del mismo.
Recuerdo a María, una directora de marketing que conocí hace unos años. En su LinkedIn lucía un currículum impresionante: multinacionales, ascensos constantes, reconocimientos. Pero cuando nos sentamos a tomar café me confesó algo que me impactó: “Ángel, llevo 15 años subiendo escaleras que otros han puesto para mí, y acabo de darme cuenta de que están apoyadas en la pared equivocada”.
Este es el espejismo del éxito profesional: perseguir objetivos que no son nuestros, celebrar victorias que nos dejan con sabor amargo, y construir una carrera que impresiona a otros pero no nos satisface a nosotros.
¿Cómo identificar si estás viviendo este espejismo?
Pregúntate: ¿Cuándo fue la última vez que sentiste emoción genuina al hablar de tu trabajo? No me refiero a la satisfacción de cerrar un proyecto o recibir un aumento, sino a esa energía que surge cuando haces algo que realmente conecta contigo.
En mis años como empresario, he aprendido que el verdadero éxito profesional no se mide en títulos o cifras, sino en la coherencia entre lo que haces y quién eres. Es la diferencia entre tener una carrera exitosa y tener una carrera significativa.
El primer paso para romper este espejismo es brutalmente honesto: admitir que quizás has estado escalando la montaña equivocada. Y eso, lejos de ser un fracaso, es el inicio de la verdadera transformación profesional.
Porque una vez que dejas de perseguir el éxito de otros y empiezas a definir el tuyo propio, todo cambia. Tu energía, tu motivación, tu impacto. Todo se alinea de una forma que nunca creíste posible.
La pregunta no es si eres exitoso según los estándares externos, sino si estás construyendo la carrera que realmente quieres vivir.
Otros artículos

El mito del “Momento Perfecto” o por qué esperar es tu mayor enemigo
En mis años mentorizando profesionales (ya van 30), he escuchado esta frase más de mil veces: “Cuando termine este proyecto…,

La brújula interior o cómo descubrir tu verdadero norte profesional
Después de años analizando miles de conversaciones con cientos de profesionales, he llegado a una conclusión sorprendente: los profesionales más